La policía de Londres perdió la confianza del público debido a su arraigado racismo, misoginia y homofobia, según una revisión independiente que fue encargada luego de que una joven fuera violada y asesinada por un agente policial.
El Servicio de la Policía Metropolitana, que tiene más de 34.000 elementos y es la fuerza policial más grande de Gran Bretaña, debe cambiar o corre el riesgo de ser desintegrado, indica el informe publicado el martes.
“No es nuestro deber como el público mantenernos a salvo de la policía. Es el trabajo de la policía mantener a salvo al público”, dijo Louise Casey, una experta en derechos de víctimas y bienestar social que dirigió la revisión. “Demasiados londinenses ahora han perdido fe en que la vigilancia policial haga eso”.
Los hallazgos incrementaron gradualmente la presión para una gran reforma de la Policía Metropolitana luego de una serie de escándalos que involucraron la forma en que trata a las mujeres y minorías. En un informe preliminar publicado en octubre, Casey halló que el departamento no revisó adecuadamente los antecedentes de policías ni los capacitó debidamente, y que permitió que estos permanecieran en sus puestos incluso después de ser acusados de violencia doméstica o acoso racial.