Había un elemento, un tal Arthur Harris, que fue el jefe del Mando de Bombardeo de la RAF. Era un tipo muy desagradable, al que le gustaba hacerse llamar "Bombardero Harris", pero al que sus hombres conocían como "Carnicero Harris". Sin embargo, en esta frase, lo clavó: "Alemania ha sembrado vientos. Ahora, debe prepararse para recoger tempestades".
La idea de los bombardeos de terror la expresó por primera vez el general italiano Giulio Douhet en su obra "El dominio del aire", publicada en 1925. Su teoría era que, en caso de guerra, lo importante era tener una enorme fuerza de bombarderos estratégicos... el enemigo se lo pensaría dos veces antes de declararte la guerra si sabía que, pocas horas después de declararte la guerra, tus bombarderos arrasaríanstus principales ciudades. Esta idea fue adoptada entusiásticamente por gente como el propio Harris, el grupo de generales estadounidenses conocido como "la Mafia de los Bombarderos", entre los que figuraban Karl Spaatz y Curtis D. Le May... y Hermann Goering.
Y, a fe que Goering fue un alumno entusiasta de Douhet. Hitler hizo capitular al presidente checo Emil Hácha con la amenaza de que los bombarderos de la Luftwaffe ya estaban en el aire, dispuestos a reducir Praga a cenizas. Ya empezada la guerra, Goering aplicó esta fórmula a la sitiada Varsovia: los bombardeos alemanes no se dirigieron al frente, sino a las zonas civiles de la ciudad, con la idea de que los habitantes forzaran a las autoridades a capitular. Y, aunque la situación de Varsovia era desesperada, sin duda, tuvieron éxito, al menos en parte. Y, si una estrategia tiene éxito, ¿por qué no repetirla? En 1940, los bombarderos de la Luftwaffe arrasaron Rotterdam (una ciudad completamente indefensa), y amenazaron con repetir la maniobra con otras ciudades holandesas si el gobierno holandés no capitulaba, cosa que, efectivamente, hizo.
En Francia, dado el éxito de la Guerra Relámpago y la rápida capitulación francesa, no hizo falta emplear esas tácticas. Pero, contra Gran Bretaña, las cosas fueron diferentes: aunque, al principio, la Luftwaffe intentó acabar con el Mando de Caza de la RAF, una escuadrilla de bomabrderos alemanes dejó caer sus bombas sobre Londres por error. A Churchill, eso no le sentó muy bien, y decidió bombardar Berlín como represalia... y lo consiguió.
Hitler se lo tomó fatal... para él, bombardear ciudades enemigas era un acto legítimo de guerra, pero que el enemigo bombardeara ciudades alemanas, era un crimen horrible... aunque la puñalada sea exactamente igual, no se ve de la misma manera si se está en el lado del mango o en el de la punta del puñal. Además, ese bombardeo hizo ver a los alemanes que la guerra no era una alegre fiesta de conquista, y eso Hitler no lo podía perdonar, así que dio órdenes de cambiar la estrategia contra Gran Bretaña para pasar a los bombardeos de terror... la reacción de Hitler fue sospechosamente parecida a la de Putin tras el ataque ucraniano al puente de Kerch.
Así que Hitler ordenó bombardear indiscriminadamente las ciudades británicas, con la esperanza de que los civiles aterrorizados salieron en masa a la calle para obligar al gobierno de Su Graciosa Majestad a pedir la paz... también igualito a lo que Putin esperaba en Ucrania.
Y los británicos respondieron. Y, cada vez, lo hicieron con más aviones, más grandes, que llegaban más lejos y con más carga de bombas. Y luego, se unieron los estadounidenses... pero eso no hizo retrodecer a Hitler, primero con las misiones Steinbock, y luego, con las V1 y V2. A todo esto, Goebbels opinaba que lso bombardeos aliados favorecían a la causa alemana, pues generaban más odio contra el enemigo, y, además, los alemanes que hubieran perdido sus casa lucharían con más ferocidad, pues ya no tenían nada más que perder.
En resumen, el bomabrdeo de Dresde fue una atrocidad. Pero esa atrocidad palidece frente a las perpetradas por la Alemania Nazi. Y pretender que Alemania no- había hecho nada para recibir semejante trato es ignorancia o cinismo.