TRANCE, ese artículo que has copiado, yo lo calificaría como un enorme montón de mierda demagógica, con el que algún listillo ha intentado aprovecharse de la ignorancia de la mayoría respecto al tema, para quere imponer sus ideas dogmáticas.
Es evidente que Darwin no tenía toda la razón en lo que decía, de hecho, pero sentó las bases de la evolución, porque aunque ni mucho menos fue el primer evolucionista, si que fue el que describió los mecanismos básicos mediante los que opera la evolución.
Sin embargo, aunque acertó en muchas cosas, se equivocó en muchas otras, cosa lógica por otra parte, si tenemos en cuenta que en aquella época, no es que no se conociera lo que era un gen, es que ni siquiera conoció las teorías de Mendel, ya que aunque fueron más o menos coetáneos si no me equivoco, la teoría de la herencia mendeliana se redescubrió mucho después de la muerte de Gregor Mendel, y mientras éste estuvo vivo, nadie le hizo ni puñetero caso.
Como digo, os parece que este artículo tiene su parte de razón, porque en realidad desconoceis de lo que habla. En primer lugar, la mayoría de la gente tiene una idea equivocada de cómo opera la evolución. Muchos creen que la evolución es un proceso lento y gradual, que produce cambios significativos con el paso de millones de años. En realidad, hay dos teorías contrapuestas, una que dice que la evolución es, en efecto un proceso gradual y otra que dice que la evolución combina largos periodos de estabilidad, con explosiones de cambios repentinos. Como dice el refranero, la virtud está en el término medio, y en este caso parece que se cumple esta máxima, con lo que la evolución real parece ser una mezcla de ambos mecanismos.
Cuando una especie está bien adaptada a su entorno se producen pocos cambios, porque la presión selectiva es pequeña. Así pues, la mayoría de los cambios son fruto del azar y no responden a una adaptación a las condiciones ambientales. Sin embargo, cambios ambientales bruscos, producen fuertes presiones selectivas y hacen que los organismos cambien mucho en poco tiempo. Eso es lo que pasó a nuestros antepasados, y todo el camino hasta llegar a los humanos anatómicamente modernos fue una serie de reacciones causa-efecto.
Un cambio en el régimen de precipitaciones en una zona de África donde vivía un simio antepasado directo nuestro hace unos 8 millones de años, si no me equivoco, provocó la recesión de la pluvisaleva, que era el hábitat al que esta especie estaba adaptada, convirtiéndola en sabana. Las manos de los simios no son un órgano que sirva para la manipulación de objetos, como en nuestro caso, sino que es un órgano que evolucionó para subir y moverse por los árboles, pero al tener estos australopitecinos que bajar de los árboles y adoptar la postura erguida, probablemente para aumentar su campo de visión en tierra firme y vigilar la presencia de depredadores, hace que las manos queden libres y puedan empezar a manipularse objetos con ellas. Se cree que ésto fue un punto de inflexión en lo que a la evolución de nuestra inteligencia se refiere.
En cualquier especie animal, pueden darse mutaciones que potencien su inteligencia, pero quizá para una cebra, por ejemplo, estas no tengan una especial repercusión en lo que su capacidad de supervivencia, y por tanto de dejar descencientes se refiere, y por ello la selección natural no puede actuar seleccionando esas mutaciones. En cambio el hecho de ser una especie gregaria y poseer un órgano como las manos que te permite manipular y crear objetos (y que queda libre al desarrollarse la marcha bípeda) y por consiguiente empezar a desarrollar lo que se denomina una protocultura, como es el caso de la evolución humana, hizo que nuestra evolución avanzase mucho más deprisa de lo que lo hubiera hecho (si es que lo hubiera hecho) en el caso de que hubieramos continuado siendo una especie esencialmente arborícola, como gorilas y chimpancés.
Una forma resumida de explicar la evolución sería decir, que el azar, genera mutaciones (deletéreas en su inmnensa mayoría), y por tanto variabilidad genética, pero si no existe una presión selectiva y por tanto una capacidad de supervivencia diferencial entre individuos de una misma especie, la selección natural no puede actuar.
Luego otro error muy común en el que caieis, como tanta gente, es el juzgar la evolución desde un punto de vista estrictamente antropocéntrico. Lo digo por el comentario de las libélulas, como si el ser más grande confiriera siempre una ventaja, lo cual es totalmente erróneo, sino que se lo digan a los dinosaurios, que por un simple meteorito se fueron todos al otro mundo, miestras que un pequeño grupo de protomamíferos de sangre caliente sobrevivió para que sus descendientes (con permiso de los artrópodos) conquistasen la tierra. ¿Quién os dice a vosotros que las libélulas gigantes no desaparecieron, porque quizá, dejaban mucha menos descedencia? O quizá tardaban el doble en llegar a la madurez sexual, mientras que otra especie de libélula más pequeña, se reproducía mucho antes con lo cual tenía muchas más probabilidades de hacerlo antes de morir...
En fin me extendería mucho más, y me gustaría rebatir alguno de los argumentos del artículo que ha colgado TRANCE, pero sino mi posteo se va a hacer eterno.