Hace unos días conocí a un chico en el gimnasio que me pareció muy guapo. El primer día me acerqué a el, aunque no dio mucho resultado. Luego me di cuenta de que no fue exactamente así, pues después vi que me iba saludando, y ya el otro día, mantuvimos una conversación.
Tengo por costumbre de no presionar para no ir agobiando, así que dejé que fuera el quien continuara sacando algún tema si quería, y así fue como se alargó la conversación. Después de unas semanas sin vernos, lo primero que me dijo fue que estuvo a punto de no ir al gimnasio (básicamente, para seguir tranquilo en casa) pero al final se decidió a ir. No se, yo esto no lo interpreto como una buena señal, ni mucho menos de interés. Más que nada, porque yo que estoy interesada en el, estaba esperando a que llegara el día y, por mucho que estuviera bien en mi casa, habría salido rápido para verle (no literalmente, pero bueno).
No obstante, estuvimos hablando un buen rato, incluso me estuvo contando cosas de el, lo que está genial. Además, yo diría que hasta me miró de reojo en clase.
Pero me sigue llamando la atención que, estando en los vestidores y nosotros dos solos recogiendo nuestras cosas, no se despida al irse. Después es verdad que coincidió que salimos al mismo tiempo, por lo que, me hice un poco la tonta para ver que pasaba, me habló y mantuvimos una pequeña conversación. Luego, como los dos teníamos que seguir caminos distintos, me dijo que se iba y me señaló por donde.