Ya me van llegando relatos a raudales, qué maravilla por favorrr.
Sí que sois rapiditos en el asunto, nenes y nenas.
Relato 1: SolitudSolitud
La soledad como antídoto al menosprecio. La tristeza como refugio a la admisión de la desesperante realidad. Y la asombrosa libertad, aunque condicionada, acariciando tu piel. Y a partir de ese momento simultaneando entre tu solitud, tu aflicción y tu recuperada independencia, renacer.
Reconstruir desde ese libre albedrío tu capacidad de prescindir de abatimientos antes necesarios, ahora superfluos, y por último aprender a llevarte bien con tu soledad, ella te hará compañía, calentará tu cama y llorará contigo. Y mientras esa crisálida de insufrible dolor se convierte de nuevo en radiante mariposa dejar que el paso del tiempo reconforte tus reiteradas cicatrices.
Despejando incertidumbres, cerrando heridas. Y cuando mirar al espejo sea ver belleza, volver a buscar la llave olvidada en tu remembranza, y abrir despacio tu corazón para que un aire fresco pueda penetrar en él y devolverle la inspiración, el deseo de ser libremente amado y la libertad de amar de nuevo con emoción. Aprendiendo a elegir, aprendiendo a dar solo lo necesario, sin excesos nunca correspondidos, asumiendo recibir lo que otros seres humanos menos intensos sean capaces de proveer.
De otra forma es imposible. O casi imposible. Seguro que existe alguien perdido en algún problemático océano, seguro. Indudablemente alguna persona te puede llevar de la mano a la eternidad. Pero solo puedes llegar a ella a través del romanticismo de tu pragmatismo. Pero de hecho, si tú quieres, todo lo que pretendas imaginar puede hacerse real.