Qué paz, cuando charlo con una persona, la miro, me mira a los ojos. Me dice las palabras necesarias en el momento justo, ni más, ni menos, sin necesidad de darme la razón. Cuando para tranquilizarme aunque no esté Yo en lo cierto, me hablas, me acaricias, me pones tu mano sobre mi antebrazo, o incluso me abrazas, sin ninguna otra intención personal, más que la darme el ánimo necesito.
En otras ocasiones, mantengo conversaciones triviales, y de todas ellas nace un sentido un qué decir, un qué rectificar, un todo... Y es que siempre noto en estas personas esa humildad, esa bondaz y es que la manera de tocar, abrazar, mirar, es transmitir lo que llevas dentro.
Es la belleza nos negamos a ver y darla.
Con estas personas, crezco, exploto.
¿Lo has sentido ?
Saludos...!!!