Durante largos años, fue el hombre y playboy más envidiado del mundo, pese a que no era especialmente guapo, ni alto, ni fuerte... pero sin duda tenía algo muy especial. Esta envidia creció sobre todo a raíz de su matrimonio con Flor de Oro, la hija favorita del tirano dominicano Rafael Leónidas Trujillo, lo que le proporcionó una influencia enorme en la sociedad de la época, que no disminuyó después de su divorcio.
Por alguna razón fácilmente deducible (también a él le habría gustado ser así), el tirano estaba fascinado con su yerno pese a las continuas infidelidades y chulerías con las que hacía sufrir a su hija, lo que le proporcionó a este último todo tipo de ventajas, pasaporte diplomático incluido.
En una encuesta realizada en 1958 por el diario francés 'Le Monde' a 100 hombres en París, ante la pregunta de a qué personaje envidiaban más, 78 de ellos respondieron que a nuestro héroe. Eso ya lo dice todo.
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