BladeLord escribió:Interesante la mención al blindado T-34, una máquina efectiva aunque nada cómoda al uso (el tema de las suspensiones dejaba bastante que desear).
Curiosamente ha visto acción inclusive hace poco en Yemen (aunque mas que como un MBT, como artillería defensiva). De todas formas, su munición fragmentaria sigue siendo de gran ayuda contra la infantería y su munición perforante, contra vehículos ligeros como humvees o APC's que les puedan pillar en algún punto flaco.
https://mundo.sputniknews.com/20161121/ ... 95895.htmlInclusive en Siria, estos blindados han visto nuevamente acción y la siguen viendo.
https://www.zona-militar.com/2016/08/17 ... -en-siria/
El T-34 y el Ilyushin II Sturmovik (el avión fabricado en mayor número a nivel mundial hasta la fecha) fueron a decir de los alemanes sus dos peores pesadillas durante la guerra.
Al principio adoleció de varios defectos, como el de la incomodidad para sus tripulantes que has comentado y, sobre todo, carecer de radio la mayoría de ellos así como tener una tripulación de solo dos hombres, lo que suponía una fuerte sobrecarga de trabajo para ambos.
Con el tiempo, el tanque recibió incontables modificaciones y se fueron solventando los problemas iniciales. Por ejemplo, pasó a tener un tercer tripulante, una nueva torreta más amplia, un cañon más poderoso, todos fueron equipados con radio y orugas más robustas, etc. Los T-34 que entraron en Berlín en abril de 1945 eran muy diferentes a los de la etapa inicial de la guerra.
Las grandes ventajas de estos tanques eran su frontal inclinado que hacía que rebotaran los proyectiles, su enorme velocidad, sus orugas de anchura descomunal que le daban mayor agarre y movilidad en todo terreno y especialmente su motor de aleación ligera Diesel V12, en una época en la que todos sus rivales llevaban motores de gasolina, mucho más proclives a los incendios, con mayor consumo e inferior autonomía, longevidad y fiabilidad.
Los alemanes intentaron copiar el T-34 y especialmente su motor a base de ejemplares capturados, pero resulta que Alemania no disponía del aluminio y otros metales necesarios para la producción en masa y tampoco lograron descifrar sus aleaciones, así que tuvieron que desistir.
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