Monike escribió:
Se te nota indignadísimo con el documento, ¿te ha hecho pupita?, ayyy, cómo lo siento, de verdad que estoy que no estoy.
Vamos a ver, vayamos por partes y seamos razonables:
1º) Hay que entender que la Iglesia católica y otras religiones, por supuesto, están formadas por seres humanos, en su inmensa mayoría hombres, que poseen, de forma inherente a ellos, unas funciones fisiológicas y orgánicas que cubrir como seres vivos que son, tales como: comer, beber, dormir, fornicar y tal y, como entenderás, ¿lo entiendes, verdad?, claro que sí.
En fin, como comprenderás contra las necesidades básicas humanas, es decir, contra natura no se puede ir, no se debe de ir, en ningún caso; por tanto, si uno se ordena y profesa una doctrina religiosa y ha de mantener unas reglas, que sabe, o intuye de antemano que no podrá cumplir, lo lógico es que no adquiera ese compromiso en perjuicio de otras personas que podrían sufrir sus supuestos "abusos", en el caso de que se produjeran.
2º)Y si, en algún momento, el susodicho implicado religioso, siente deseos sexuales, lo obvio sería renunciar a sus votos y abandonar una doctrina con la que no puede adquirir un compromiso firme.
Si se critican los actos de la Iglesia católica, es porque esos actos son reprochables y constatados. Lo que no se puede es promulgar una doctrina de fe y luego -como se suele decir- hacer de mi capa un sayo- y pasarse por los santos testículos, o por el Arco de Trajano -tanto me da, que me da lo mismo- toda una creencia que mueve masas y que aglutina en sus filas curas y demás santidades absolutamente corruptas, y luego, vienen los "creyentes" a decir que se está practicando un acoso y derribo contra el sistema religioso católico.
Faltaría más que no se pudiera hablar de la santísima madre Iglesia, cuyo lema principal oficial es: "Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga".
El problema, básicamente, es la falta de tolerancia y la existencia de prohibiciones tácitas por parte de la institución eclesiástica católica para con sus feligreses y, en contraposicón, la tolerancia que raya en la delicuencia, sino es delicuencia sexual directamente, que se tiene con aquellos que promulgan a boca llena la fe (que, a saber de lo que tienen la boca llena), es decir, los curas, obispos y demás fauna religiosa.
Todo el mundo es libre de expresar e informar, sin censuras, de algo que ocurre en el seno eclesiástico, en el cuál siempre se han puesto fuertes trabas para sacar a la luz la verdad, simplemente, pese a quién pese.
Estoy tan indignado con el documento (hay que echarle huevos para llamarlo así), que llevo semanas sin dormir...
Respecto a tus comentarios suenan a lo que son, palabrería barata e inane, blah,blah, blah, consignas de lo políticamente correcto que no engañan a nadie que no sea retrasado mental o tenga más de 16 años. La tolerancia es esa manida palabra que algunos usan para darselas de pijipogres tolerantes mientras lapidan como vulgares talibanes a quienes no comulgan con su ideario barato.
Como ves yo también tengo derecho a dar mi opinión.
Y me reafirmo que el espabilado que excretó tal majadería sobre Santa Teresa de Jesús es un gilipollas integral. Mi opinión también, cosa que no tengo la menor duda, respetarás. Sin acritud.