Que buenos ratos pasé de niña leyendo los fantásticos cómics de Ibañez, recuerdo madrugadas veraniegas en las que despertaba a mis padres con mis risas mientras sostenía uno de estos tebeos y me moría de risa con las ocurrencias de Pablo. Gracias por este post, me han venido a la mente grandes recuerdos de mi feliz infancia.