"La mandarina" me flipó...
la base rítmica es poderosa, el guitarrista ataca el metal arrancando notas torturadas, casi sobrehumanas... durante el solo, se puede apreciar la elegante ejecución de la escala eólica descendente frigia-menor, cada 2 compases... que se detiene, desafiando al silencio, creando esa atmósfera inquietante... como de road-movie...
El vocalista tiene oficio, de su garganta privilegiada surgen alguno de los mejores momentos de la escena actual, es autor también del texto... que firmaría Dylan... su atractivo fisico no le merma mérito, al contrario, la armonía de sus facciones contrasta con la poderosa rudeza de su increíble voz...
Una obra maestra... five stars!...
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