FUE un Sábado cuando me reafirmé como Diosa. Mi poder creció, subió tan rápido como la espuma de la cerveza, espuma que muchos labios quieren y yo sólo entrego a quien me dé la gana.
Desde hace poco más de cuatro años descubrí una manera diferente de ver la vida ( gracias a ese genio y figura,” a ese Cid” por el que siento una gran debilidad, si, si a él… a Mi UVE) Todo empezó con él, ¡con quién si más!, Yo siempre había sido muy abierta, me gustaba fantasear, probar de todo. No era la más santa ni la más recatada, todo lo contrario, siempre he pensado que en la cama, como en la guerra, todo se vale. Me gustaba saciar mi curiosidad, y ya desde pequeña en vez de leer los libros del barco de vapor, me iba a la sesión XX.
Pero este chico, tenia un reto, “Convertir a las tías-buenas, del vainillismo a la D/S y hacer que aumente el numero de Dominas” y claro yo me cruce en su punto de mira. Mentiría si no dijera que me lo tomaba todo a coña, y que si hablaba con él, era para pasar el rato. Hasta que me presentó, a Señor J “Mi Adonis” (supongo que este es el mejor acierto que tuvo Uve). Él si sabía como aplacar mis mas bajos instintos, absorber mi atención, que ha estado acaparada, por las nuevas vivencias, nuevas palabras, nuevo todo que me describía.
Fue él quien le puso título a este rol que yo ya ejercía (inconscientemente), y que ahora dejo fluir a rienda suelta con la confianza de saberme Diosa.
Sentía mucha curiosidad y ganas de experimentar, pero más allá del circo, el fetiche y el teatro, mi apuesta iba dirigida hacia una dominación inteligente.
Sabía que siendo mujer, no podían faltar los tacones altos (cosa que nunca me había puesto, y si, lo confiesooo soy una hereje de los tacones,), el look sensual, el seductor lenguaje corporal de “mírame, soy lo mejor que podría pasar por tu vida”, y la actitud de “soy Diosa”,
Ese es el máximo calificativo al que una mujer puede aspirar. Las Diosas están por encima de las “amas” y de las “dominantes”. Una Diosa es “ama”, “dominante”, pero, además, es aquella mujer por la que valdría la pena “perder la cabeza”. (Expresión de saberse dueña del momento). Esta mujer respira sensualidad, sexo, lujuria… (En pocas palabras, se refiere a mí).
Pues bien, este finde me encontraba cerrando un ciclo: “¡Mi prueba final!” “¡Mi gran estreno!”.
El sábado 27/02/2010, fue uno de esos días en los que amanezco más ama que nunca, con deseos de someter a alguien, hasta que llore de placer. A las diez e la mañana ya estaba aporreando la puerta de la 502 HOTEL LOS ANGELES, que era la habitación de mis amigas para que contribuyeran a mi reconversión en diosa, me vestí a conciencia, y me surtí de todos los implementos.
E, me coloco “el peinado más estrambótico”, “el pintando de ojos más atrevido”, “las uñas más belicosas”… en fin.
Al final de proceso chapas y pinturas, me tocó mi turno y elaboré mi frase: quiero colocarme “las tetas más apetitosas”. No fue una decisión fácil, elegir entre mis sujetadores había un par de ellos muy competitivos.
Colocada frente al espejo miraba mi reflejo, estaba apaciguada, dedicada a vivir, a experimentar. Embriagada de la novedad y pensaba que estaba dejando atrás toda una vida y que al mismo tiempo estaba cerrando una etapa, con la certeza de hacer lo correcto y la felicidad de hacerlo con ilusión. Y recordaba que la noche anterior conversaba sobre esto, con mis amigas:
E: Me apoyaba y me animaba.
I: Me apoyaba, pero con gran miedo a que me pasase algo, de hecho no paro de darme toques al móvil durante toda la sesión,.. Ya me imaginaba muerta y tirada en un río.
M: no quería ni que le hablase del tema, es una de estas hippies que luchan por los problemas existenciales de la vida, y que es una abanderada de no hacerle al prójimo lo que no quieres que te hiciesen a ti.
A: decía que no podía entender cómo alguien podía tomarse en serio a un hombre sumiso, y yo le explicaba que nuestra relación va mucho más allá del sexo y la sumisión, que así como humillo a mi sumiso, de igual manera, y más, le valoro. Y es que yo no podría estar con alguien a quien no admire.
Y yo perfectamente sabía que la vida está llena de experiencias, con sus aciertos y fracasos , y con personas que al respecto piensan lo contrario que una,,, pero era mi ocasión y yo sabia que esta aventura iba a prometer….¡I promise!.
Y de pronto sin saber todavía muy bien porqué, sentada en la recepción del hotel (territorio neutral), me encontré con mi “victima-Lickingfeet”. Mi vestido era corto, suave, sugerente y elegante. Me vio y pensó “es toda una Diosa”.
Le pedí que me atara las botas. Él asumió que era para calmar mis nervios. Yo me fingí ingenua, sosegada, a veces hasta tímida, dejando aflorar mi peor don de Ama. Permanecí por unos segundos impávida, fingiendo total frigidez.
Decidimos irnos de allí a un sitio más privado. Yo quise estar en su territorio.
Llegué a su hostal ardiendo de deseo. Imágenes lujuriosas habían estado taladrando mi cabeza durante la noche, sustituyendo la tranquilidad del sueño por la fogosidad de un futuro encuentro entre dos desconocidos. Llevaba 2 semanas dándole vueltas y vueltas a las cosas y preguntándome constantemente: ¿Que iba a pasar?, ¿Como va a ser? y sobre todo la que creo que más habitualmente se piensa ¿Que me iba a hacer?
Lógicamente, no recibía respuestas a estas preguntas…, esa impaciencia de novata. El miedo, la excitación, el misterio,... todo junto y revuelto en mi mente sin saber que pensar hacía que parte de mi ser quisiera echarse para atrás, esa parte racional que te dice continuamente que eres rara que porque haces esas cosas. Pero...la otra parte, la sexual, la emocional, que te impulsa lentamente a conocer ese mundo sabiendo que es lo que excita a tu mente, a tu cuerpo y sabiendo que lo quieres ya , ahora y que no puedes conseguirlo.........ahora. La incertidumbre me mataba y me estaba corroyendo la sangre. Pero no podía dar marcha atrás, no podía fallarle a J, y no quería que perdiese su apuesta con Uve. ¡Pá una vez que apuesta el hombre,,,,!
¡Ya falta poco! ufff. Estábamos parados justo delante de su puerta y no hay marcha atrás. Solo espero ese momento, pensando en ello, suspirando por ello, sin saber, solo sintiendo que en lo más hondo de mí lo quiero: Mi primera vez
Abrió la puerta. Me senté sobre su cama, piernas abiertas, de frente a él. Conversamos un rato, al principio me costaba arrancar, veía que flaqueaba, y miraba la puerta pensando en querer huir de allí. No pude más y tuve que ir urgentemente al servicio, a echar un pis, uno de tantos que eché ese día. Me calme un poco, y me dije: “Joder N__: no puedes fallar, coño, demuéstrale y demuéstrate la clase de Diosa que eres” me santigüé y salí del baño, y allí estaba lickingfeet a puerta gayola,jaja, sin camisa y tirado en el suelo cual alfombra. Entonces sentí esa llamada, ese poder, de querer hacerle uso a mis zapatos recién estrenados.
El tacón de mis sandalias se enterraba en su piel, era un tacón muy delgado y alto, eso le excitó.
Me complació esa escena. Me gustó observar el poder que tengo sobre él. A veces ni siquiera hay necesidad de palabras ni de contacto físico para llevarle al clímax.
El mío hasta corta su respiración. Las venas se le marcan, los ojos se le prensan y entreabre sus labios. Hasta cambia el ritmo de su respiración. Se queda paralizado.
Por momentos parecía que perdía el alma, pero luego regresaba y comenzaba a hacer explícita su sumisión. Susurra, gime, grita. Me excita el momento en el que me mira y me reconoce AMA. Y ruega y me alaba... Es un acto de entrega absoluta. En ese momento no importa el mundo. No hay trabajo, no hay amigos, no hay familia. Sólo existe su DIOSA, SU DIOSA DEL SINALOA, haciéndole el favor de humillarlo. Es un momento sólo nuestro que muy poca gente podría entender, un momento que me hace quererle. Sí, quererle, quererle sumiso, débil, desprovisto de toda voluntad. Entregado a mis órdenes.
TO BE CONTINUE….
