Una fundación registrada en la Comunidad Valenciana ayuda a varones víctimas con asesoramiento legal y psicológico
El año pasado 58 mujeres fueron asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, siendo la mitad de los agresores de origen extranjero. Contra esta lacra se movilizaron millones de euros desde el Ministerio de Igualdad, y se rellenaron horas de tertulias. Sin embargo, los asesinatos de hombres a manos de mujeres se recibieron con un silencio sepulcral, del mismo modo que apenas se habló de cómo en 2022 se suicidaron 3.126 varones, existiendo una correlación directa entra las denuncias falsas y la autolisis. Contra esta doble vara de medir ha nacido la Fundación en Defensa de Hombres Maltratados, que pretende acompañar y asesorar a las víctimas silenciadas de nuestro país.
La fundación, que figura desde esta semana en el Registro de Fundaciones de la Comunidad Valenciana, dice nacer en defensa de los «hombres maltratados y también a aquellos que son maltratados a través de una denuncia falsa por violencia de género». «Los que son inocentes no se conforman o pactan una pena inferior sino que defienden su inocencia hasta el final, buscan la justicia. Ahí estaremos nosotros para ayudarlos», explican en su página web.
La aceptación de esta fundación ha sido recibida con polémica. Sin embargo, esta entidad ya existe como asociación a nivel nacional desde 2022, cuando fue aprobada por el Ministerio del Interior que dirige Fernando Grande-Marlaska. Una prueba, pese a los empeños que han sufrido por ser relacionados con Vox, de que son una fundación «independiente y que no está relacionada a un partido».
Su registro como fundación les ha valido la etiqueta de «negacionistas», y se ha llegado a asegurar que la formación que preside Santiago Abascal los impulsaba. Unas aseveraciones que los miembros de la fundación niegan en conversación con THE OBJECTIVE: «Lo que hicimos para constituir la fundación fue hablar con la consejera de Justicia [Elisa María Núñez] y la directora de Atención a las Víctimas [Mª Belén Pulgar Gutiérrez], que es lo propio de una fundación que atiende a las víctimas de violencia doméstica, aunque la nuestra se refiere a un ámbito muy concreto: los hombres que sufren violencia por parte de mujeres».
El portavoz de esta fundación, Juanma Melgar, asegura que lleva 12 años investigando y divulgando sobre el tema, pero «hasta que no hablé con hombres maltratados no me di cuenta de hasta qué punto llega la magnitud del problema», confiesa a este medio: «Les cuesta mucho admitir su condición. La sociedad, los medios y el Gobierno dice a los hombres que ellos son siempre opresores y las mujeres víctimas, por lo que la posibilidad de que un hombre se identifique como víctima es más difícil. En muchos casos están perdidos y no saben cómo actuar».
Ayuda legal y psicológica
Por eso ofrecen atención jurídica y asistencia psicológica. «En España ellos no pueden ir a una comisaría y denunciar a su pareja porque a los policías se les dice en los cursos que la mujer maltratadora es un mito. Si van, los policías hablarán con ella, y si ella dice que él es el agresor, acaba en el calabozo. Recomendamos que graben las agresiones, que consigan partes de lesiones, y que denuncien en un juzgado y con un abogado al lado», explica Melgar, que lamenta que «el sistema, tal y como está configurado, parte de la premisa de que ella es siempre la víctima».
Según explica este abogado de profesión, portavoz de la fundación, «las denuncias por violencia de género [de mujer a hombre] son gratuitas, pero las de violencia doméstica van en función de los ingresos que tenga el hombre. Por poco más de un sueldo mínimo tiene que pagarlo. Así, la ley se convierte en una herramienta más para maltratar a manos de la maltratadora». «Hay hombres maltratados que son denunciados ellos o se les amenaza con ser denunciados. Casos así nos llegan continuamente», asevera a este medio Juanma Melgar.
La «igualdad real»
Frente a esto, la Fundación para la Defensa de los Hombres Maltratados aspira en el futuro a «modificar los problemas estructurales actuales donde a través de la legislación no es protegido frente al maltrato recibido de sus parejas o exparejas mujeres, y alcanzar una situación de igualdad real donde los hombres maltratados gocen de las mismas garantías y protección que las mujeres».
La fundación aún no dispone de organigrama público, porque, explican a este medio, «ayudar a los hombres víctimas de violencia doméstica está mal visto», de modo que los socios «prefieren ayudar de forma anónima». También hay organizaciones que se niegan a colaborar por una cuestión de prestigio. «Sólo resta prestigio cuando la víctima es hombre», zanjan.
https://theobjective.com/espana/2024-05 ... ldad-real/
