LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Política local, provincial y autonómica.

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LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor Marrako » 04 Sep 2011, 16:33

Con el título de Els fundadors del Regne de València, el conocido medievalista y profesor de la facultad de Historia de la Universitat de València Enric Guinot, presentó hace ya cuatro años un excelente trabajo sumamente interesante para todos los interesados en conocer las raíces del pueblo valenciano. Un libro que además de ser de interés para el investigador foráneo, puede esclarecer muchas dudas a todo aquel valenciano que realmente quiera conocer sus orígenes. Orígenes puestos en duda por una gran parte del actual pueblo valenciano durante los últimos 30 años, por eso no deja de extrañar el poco peso que fuera de los círculos, cultos o académicos ha tenido el trabajo del que aquí tratamos.


Como bien dice el autor en su introducción, Valencia es una ciudad donde en plena calle, y fuera de ambientes académicos, se puede entablar una discusión sobre el origen del pueblo valenciano y de ella sacar las conclusiones sobre el origen de la lengua valenciana, cosa impensable en cualquier ciudad castellana, donde no nos imaginamos a un grupo de meseteños discutiendo si Don Pelayo era astur, cántabro, visigodo o mozárabe, y que de esos debates pudiera surgir una resistencia popular a la gramática y ortografía de la lengua castellana. Y esto, aunque parezca cómico o surrealista, es lo que ha ocurrido entre los valencianos, concretamente en la ciudad de Valencia y las comarcas más cercanas a la misma. La ignorancia sobre el origen de los valencianos y su lengua era y es tal entre los actuales ciudadanos de la Comunidad Valenciana, que tenía que aparecer un trabajo como el de Guinot para aclarar definitivamente un tema tan interesante y fundamental como es el del origen de un pueblo. Trabajo, que todo hay que decirlo, si bien es totalmente desconocido por la mayoría de los valencianos, al menos a nivel académico, cultural e incluso oficial, pensamos que ha calado lo suficiente para que desde sectores pretendidamente historicistas y cultos se deje de decir majaderías sobre nuestros orígenes.


Enric Guinot, pone en esta verdadera enciclopedia onomástica valenciana, las bases del árbol genealógico de nuestro pueblo, y lo hace como se debe realizar cualquier investigación genealógica mínimamente científica, buscando en los documentos, separando los falsos de los válidos, demostrando su autenticidad y poniendo con esos datos los cimientos que dictarán la continuidad de esa genealogía, en muchos casos hasta las familias valencianas actuales, que tras más de siete siglos de historia, mantienen –mantenemos– los mismos apellidos como muestra inequívoca de la veracidad de este árbol genealógico valenciano. Por ello cualquier valenciano puede conocer el origen aproximado de su familia, simplemente con unos pocos datos históricos de su familia asomándose al segundo tomo de este libro donde se encuentran recogidos cerca de cinco mil apellidos de pobladores valencianos de entre los siglos XIII y XIV extraídos de las listas de vecinos y pobladores de las ciudades y villas valencianas, ordenadas por comarcas, con las fechas correspondientes y el origen geográfico de los apellidos toponímicos. Se trata de un sencillo y lógico sistema de investigación genealógica, el de buscar los orígenes a través de la toponimia, ya que es costumbre onomástica europea, la del uso distintivo del topónimo en la edad media, como seña personal o de linaje. Es por ello totalmente normal, pensar, que un poblador con apellido Solsona proceda, o al menos esté relacionado con esta población ilerdense, por la misma razón, sería del todo absurdo pensar que un poblador en la comarca de la Ribera en el siglo XIV con apellido Aragonés, Catalá o Navarro, sea de origen gallego. Guinot en el segundo tomo ha especificado en cada uno de los apellidos toponímicos estudiados, junto al nombre y apellidos de los individuos recogidos en el documento, la comarca y reino del cual procede, por ejemplo en la ciudad de Valencia, Pere Agramunt, notari, (Baix Urgell), o en Burriana según el Morabatí de 1481, Jaume Miralles, (Anoia/Pallars). De esta manera, puede aproximar los orígenes de las familias de estos pobladores en porcentajes aproximados. Los resultados, especificados en la tabla-índice de procedencias del primer tomo, y demostrados tal como ya hemos dicho en el segundo, nos dan cifras que ya imaginábamos: a pesar de la resistencia a reconocerlo por parte de una mayoría de valencianos,, nuestro pueblo tiene un origen mayoritariamente catalán, consecuencia lógica de ello sería el actual uso de la lengua catalana en su variedad valenciana por parte de los descendientes de estos primeros pobladores. El uso de la lengua castellana por parte de otro sector importante de entre los primeros pobladores valencianos se debe a la llegada de otros colonizadores llegados de Aragón principalmente, aunque también de Navarra y Castilla.


Esta línea genealógica que une a valencianos con catalanes,–ya que es prácticamente imposible que un valenciano no encuentre en su árbol genealógico apellidos catalanes–, y que debería ser asumida con naturalidad por este pueblo, ha sido sin embargo discutida y negada en los últimos años creando un importante conflicto divisorio entre los valencianos que ha llegado a los extremos de negar nuestra propia lengua o símbolos y buscar orígenes absurdos tanto para la lengua como para los valencianos. A esto evidentemente, no ha ayudado nada cierta prepotencia catalanista que en numerosas ocasiones ha negado las especificidades reales de los valencianos y que ha tratado a este pueblo poco menos que como colonia, extremos que si bien minoritarios entre el catalanismo, han contribuido más si cabe a exacerbar el anticatalanismo que se gestó durante el pasado siglo en Valencia. Debido a esto, tras muchos años de mentiras por parte de los sectores derechistas y liberales de la ciudad de Valencia, el valenciano cree honradamente que los apellidos Ferrer, Camarasa, ...o Girona son valencianos, ¡sin ninguna conexión con lo catalán!, que el valenciano-pese a sus más que coincidencias con el catalán-, es una evolución lingüística del latín hablado por los mozárabes valencianos durante la ocupación musulmana, y que el pueblo valenciano se ha mantenido en esta tierra desde el principio de los tiempos, al menos desde los romanos, aunque algunos avispados valencianistas pretenden hacernos descender de los edeteanos ininterrumpidamente, o como algunos ilustrados del siglo XVIII, de los habitantes de la fabulosa ciudad de Tyris, que pretendieron identificar con Valencia cientos de años antes de la fundación romana de nuestra ciudad. Esta especie de paranoia local ha hecho además que se nieguen nuestros propios símbolos, como los gloriosos cuatro palos de gules en campo de oro, armas de la casa real de Aragón que hoy en día representan los colores de millones de habitantes de Cataluña, Aragón, Baleares, Rosellón, Languedoc o Sicilia, tierras vinculadas a la antigua Corona de Aragón. Estas armas recogidas en las enseñas y escudos medievales de los catalanes y aragoneses que conquistaron Valencia, pasaron posteriormente a los escudos locales y banderas, y han sido y son las señas de identidad de los valencianos desde entonces. El problema surgió cuando cierto sector de la oligarquía urbana valenciana pretendió ver en cierto margen azulado colocado en la bandera de la ciudad de Valencia para resaltar la corona real y el murciélago que mantiene esta ciudad como elementos heráldicos locales, una señal de diferenciación con la bandera catalana, y aun hoy es mantenida como tal, habiendo sido elegida como enseña oficial de la comunidad autónoma, ignorando con ello al resto del reino valenciano que en ningún momento tuvo como suya la bandera local de la capital, y que continúa usando, excepción hecha de las comarcas próximas a la capital, la bandera con los cuatro palos sin franja azul. Por otra parte el uso de las cuatro barras a las que en ocasiones añadieron una absurda estrella roja, por parte de la extrema izquierda, hicieron que la sociedad valenciana, mayoritariamente conservadora se alineara de manera defensiva en los años setenta en una especie de frente anticatalán cuyo símbolo principal es la bandera con la franja azul, bandera hecha suya por los que se han obstinado en diferenciar de forma radical lo valenciano de lo catalán.


Por todo ello Guinot analiza en los siete capítulos del primer tomo esta situación, y los falsos mitos que sobre el origen de los valencianos y su lengua han sido fomentados con notable éxito durante el pasado siglo. Raíces mozárabes, continuidad musulmana y colonización occitana son teorías tratadas por el autor con notable maestría desmontando la supuesta veracidad de las mismas.


En el caso de los musulmanes, analiza la destrucción de la sociedad islámica de Xarq al-Ándalus a partir de 1240, fecha en la cual el pueblo musulmán valenciano fue sometido, marginado y arrinconado por los conquistadores europeos, mientras que en sucesivas expulsiones el elemento árabe fue reduciéndose considerablemente, paralelamente a la llegada masiva de colonos catalanes y aragoneses para cubrir supuestos vacíos demográficos. Por otra parte analiza las pruebas documentadas del uso del árabe por esta población musulmana valenciana hasta su definitiva expulsión en 1610. Con la reducidísima representación morisca que quedó en nuestras tierras a partir de esta fecha, y ya con vocación de cristianizarse y diluirse en la sociedad valenciana, poco pudo influir a nivel étnico, y por supuesto racial en los descendientes de esas decenas de miles de familias colonizadoras llegadas del norte, que por entonces ya mantenían una fisonomía, cultura, lengua y símbolos puramente catalano-aragoneses. Toda la documentación así como los estudios realizados por los historiadores especializados como Burns, Ferrer, Barceló, Torró, Huici...son nombrados por el autor, ya que demuestran que existió un monolingüismo evidente entre la población musulmana de Valencia, hablaban el árabe, lengua notablemente diferente a la de los nuevos conquistadores, pensaban en árabe, tenían costumbres árabes, y sobretodo usaban nombres y “apellidos” árabes. Es evidente que los apellidos valencianos que se pueden consultar en esta obra no tienen ninguna relación con estos nombres arábigos que usaron estos pobladores valencianos y que desaparecieron de nuestras tierras en el siglo XVII para regresar en los últimos veinte años.


Especialmente interesante es el artículo dedicado a los mozárabes, no ya tanto por el interés que suscita el tema en sí, sino más bien por ser este tema uno de los puntales básicos de los que defienden tesis contrarias al origen catalán de la lengua valenciana. Aquí el profesor Guinot intenta buscar pruebas de la presencia de mozárabes en Valencia, y para ello analiza las pruebas aportadas por historiadores locales como Ubieto o Leopoldo Peñarroja, que sostienen la tesis de una importante presencia mozárabe en Valencia, como origen de la lengua valenciana y de la base de la población valenciana posterior a los árabes. Para ello presentan algunos documentos, como el que nombra a la iglesia mozárabe valenciana de San Vicente de la Roqueta, ciertas conjeturas, algunos nombres documentados en la comunidad mozárabe de Toledo, el supuesto origen valenciano del obispo de Jaén, Pedro Pascual, y poco más. Pocas pruebas para defender una tesis como la de la continuidad de un pueblo y una lengua. Guinot, si bien afirma la existencia de notables comunidades mozárabes en diferentes puntos de la península, y también la probabilidad de la existencia de algún reducido grupo mozárabe en Valencia, basa su contratesis en diferentes factores, como la escasa vertebración eclesiástica y la débil cristianización existente en tierras valencianas en el siglo VIII, que hicieron posible una rápida arabización de la población de la zona. Es decir, que la población hispana adoptó, usos, costumbres, religión y lengua árabe durante los primeros siglos de dominación árabe, al igual que había sucedido con los romanos siglos atrás. Esta población, étnicamente europea accedió ya arabizada a muchos puestos de dirección de la sociedad islámica de Xarq-al-Ándalus, y en muchos casos se fusionaron con los descendientes de los conquistadores, de ascendencia siria, bereber o eslava, dando origen a la población musulmana valenciana que a lo largo de los siglos consiguió una fuerte cohesión gracias a los elementos lingüístico y religioso, que las autoridades hispánicas no consiguieron debilitar, finalizando con la conocida expulsión de este elemento que nunca consiguió integrarse en la sociedad creada por sus vencedores. Con la llegada del Cid a Valencia en el 1102, encontramos cierta población cristiana castellana –las mesnadas de Rodrigo Díaz–circunstancial, pero lo que es seguro, es que tras la salida de estas tropas de la ciudad valenciana, no queda ni rastro de sectores cristianos en la zona, por lo que mal pudo existir en 1238 una comunidad cristiana mozárabe con lengua propia lo suficientemente grande y fuerte para imponer esa lengua a las tropas conquistadoras. Muchos de los pequeñísimos y escasamente probados ejemplos de los defensores de las tesis mozarabistas, en cuanto a palabras y frases pretendidamente mozárabes, son casos de traductores del árabe que hablan ciertos dialectos aragoneses, ya que se trata de palabras en muchos casos ya desaparecidas y en plena evolución tanto en la lengua catalana como en el castellano-aragonés.



Así mismo aborda otros mitos enraizados también en la opinión pública y por ende en la mentalidad popular, tales como el supuesto dualismo catalán-aragonés. Según las tesis dualistas, al elemento mozárabe-musulmán valenciano, principal base étnico-lingüística de este pueblo, cabría añadir la de los invasores catalanes y aragoneses. Los primeros se habrían asentado en el litoral, dando a la lengua y cultura de la zona una fisonomía más burguesa, liberal y comercial, mientras que en las tierras de interior habría predominado una cultura aragonesa más feudal. Estas tesis se basan principalmente en el Llibre del Repartiment, documento al que Guinot tacha acertadamente de incompleto, ya que reflejaría tan sólo los nombres de ciertos primeros pobladores a los que se concedió propiedades en Valencia, pero din ninguna garantía de continuidad de los mismos, ya que como se ha demostrado, muchos de estos pobladores vendieron sus posesiones durante los años siguientes, y es solo con la documentación relativa a los pobladores de los cien años posteriores como realmente se puede establecer la continuidad genealógica entre estos primeros pobladores y la población valenciana actual. Algunos autores como Cabanes o Ubieto, se basan en el Llibre del Repartiment para fomentar ese dualismo con igual peso catalán-aragonés, utilizando apellidos posteriormente desaparecidos para aumentar el peso aragonés y occitano, y dando en muchos casos orígenes erróneos a diversos linajes. Guinot cita como ejemplos los apellidos Avinyó y Toló, citados como occitanos, ya que desde luego, no necesariamente serían originarios de dichas tierras, al existir en el Ampurdà y el Pallars Jussà respectivamente dichos topónimos. Lo cierto es que al estudiar la documentación de comarcas supuestamente aragonesas, nos encontramos con sobrados documentos y testimonios de apellidos catalanes y el uso de la lengua catalana entre amplios sectores de la población. Del Alto Palancia, por ejemplo, zona pretendidamente aragonesa, y aragonesizada sí, pero por la fuerte emigración del Bajo Aragón durante los últimos trescientos años, hemos podido conocer muchísima documentación escrita en catalán hasta al menos el siglo XVIII, mientras que tanto en los apellidos más antiguos como en diversas manifestaciones culturales, así como en la influencia que el catalán tiene en el habla local, podemos constatar cierta presencia de lo catalán. El autor además cita ejemplos como Oriola y Elx.



En el capítulo de “Les característiques generals de la antroponímia catalana i aragonesa (segles XII a XIV)” , para nosotros uno de los más importantes de la obra, el profesor Guinot explica la creación del modelo toponímico del apellido, que fue utilizado principalmente en las tierras que van desde el Ebro al Rin a partir del siglo XI, paralelamente a la desaparición del tipo de nombre de pila germánico que imperaba en dichas tierras, muy variado y con significación propia, tales como Aldario, Gustemar, Radimiro, Guitart, Agila, Aldegardo, Wifredo, en beneficio de la onomástica cristiana impulsada por el calendario gregoriano mucho más repetitiva. Al empezar a utilizarse el segundo nombre como medida diferenciadora de los individuos, se utilizó el topónimo en un momento de frecuentes movimientos poblacionales al inscribir como nuevo poblador a la persona utilizando como segundo nombre el de su lugar de origen, mientras que en otros casos se utilizó un segundo patronímico, oficios o características personales. Ésta es la razón por la cual la onomástica y la topoonomástica han utilizado como método para conocer los orígenes de los pobladores el segundo nombre toponímico, ya que si bien en los siglos que van del XI al XIII entre el pueblo llano no existía la conciencia de linaje y por tanto en muchos casos no se transmitía el segundo nombre como apellido, si que es más que probable que en lo que respecta al Reino de Valencia, en la segunda mitad del siglo XIII y durante el XIV, fechas más importantes en cuanto a los asentamientos, estos apellidos fueran pasando a sus descendientes especialmente en los que se asentaron definitivamente en una zona. Guinot obvia en este capítulo a las numerosas familias de la baja nobleza asentadas en el Reino de Valencia durante el siglo XIV y del que existe un importante registro heráldico en el Arxiu del Regne de València, ya que en el caso de estas familias al existir conciencia de linaje e incluso documentación genealógica, tendríamos el origen toponímico prácticamente probado. Por otra parte Guinot apunta como otro de los problemas de este sistema de investigación los posibles errores que nos podamos encontrar con individuos cuyo segundo nombre ya convertido en nombre de familia fuera por ejemplo Bernat de Verdú, pero en realidad viviera por ejemplo en Barcelona a donde habría llegado ya con dicho apellido, caso por otra parte más que probable. Al contrario que Guinot, nosotros sí pensamos que la identidad étnica y genética del individuo es importante a la hora de establecer los orígenes, por lo que este posible error carecería de importancia, al quedar claro el origen catalán y europeo de una familia apellidada Verdú, independientemente de que residiera en Verdú, Barcelona o Aquisgrán.



Para establecer las líneas topoonomásticas, en los fundadores del Reino de Valencia, Guinot ha tenido que elaborar una lista con no sólo las actuales poblaciones catalanas o aragonesas, sino que basándose en la documentación medieval tuvo que reconstruir cientos de lugares hoy desaparecidos que dieron nombre de origen a diferentes familias de pobladores, además ha tenido que rescatar y comparar diversas listas de pobladores catalanes y aragoneses anteriores a la conquista de Valencia. Con estos datos establece las diferencias existentes entre ambos modelos antroponímicos –el catalán y el aragonés–, ya que si bien en el catalán se utiliza al estilo centroeuropeo más frecuentemente el modelo toponímico, o como mucho el del segundo nombre antroponímico tal cual es usado por el padre- Arnau Bernat-, en la antroponimia aragonesa del siglo XI, la utilización del sufijo –ez, tal como se usaba en Castilla, y como salvándose las distancias utilizaban los pueblos nórdicos, añadida al nombre del padre, es usada como apellido en proporciones que llegan hasta el 80%, mientras que la tendencia al uso de apodos, características, oficios o topónimos empieza a aparecer a lo largo del siglo XIII. Por otra parte Guinot analiza la frecuencia en el uso de los nombres propios como método de diferenciación de los pobladores aragoneses, delimitando una separación por los usos de los nombres de bautismo de la zona de Navarra, Rioja y Aragón en la que predominan nombres como García, Sancho, Íñigo, Fortún o Jimeno, mientras que en la parte catalana se repetirían más a menudo nombres como Ramón, Guillem, Bernat o Arnau, al mismo tiempo que otros como Pere o Joan serían comunes a ambas zonas. Otra peculiaridad catalana destacada por Zimmermann es la masiva utilización de nombres de raíz germánica si bien latinizados, y que como en Castilla comenzaron a estar en desuso tras la reforma gregoriana. Esta influencia germánica, y concretamente visigoda en la antroponimia y onomástica hispana será materia para un próximo artículo.



Termina el capítulo Guinot con algunos comentarios sobre la antroponimia occitana, la mozárabe y la musulmana. Mientras que en la occitana es difícil de determinar por los apellidos la presencia de familias de este origen debido a las similitudes con los modelos catalanes, no hay coincidencia entre los antropónimos árabes y mozárabes con los de los posteriores pobladores valencianos. La cuestión occitana podría ser también el tema de próximos artículos, ya que se trata de un tema muy interesante determinar la presencia e influencia occitanas en el origen del Reino de Valencia.



Y finaliza este estudio haciendo un balance a través de los diferentes modelos de antroponimia medieval en las diferentes comarcas valencianas determinando con los datos explicados en el capítulo anterior los orígenes de los repobladores de los siglos XIII y XIV, con ejemplos de nombres y apellidos, datos y porcentajes. La conclusión del trabajo es que a pesar de la no homogeneidad de los fundadores del pueblo valenciano, existe un predominio claro, sobretodo a partir del siglo XIV, del elemento catalán, que en algunas zonas llegaría hasta el 80%, pero presente también aunque en minoría en las zonas donde el elemento aragonés es superior. Este elemento catalán, convive con una parte de la población que repartiría sus orígenes principalmente entre Aragón, Navarra, Occitania y Castilla. Los datos en cuanto al uso de la lengua en las diferentes comarcas entre 1240 y 1425 según el estudio de Guinot serían pues los siguientes:



L’Horta Nord: 69% catalanohablantes

L’Horta Sud: 65% catalanohablantes

Ribera Alta: 60% catalanohablantes

Ribera Baixa: 75% catalanohablantes

La Safor: 68% catalanohablantes

Marina Alta: 70% catalanohablantes

Marina baja: 70% catalanohablantes

La Costera: 60% catalanohablantes

La Vall d’Albaida: 65% catalanohablantes

L’Alcoià: 75% catalanohablantes

El Comptat: 58% catalanohablantes

L’Alacantí: 50% catalanohablantes

Baix Vinalopó: 56% catalanohablantes

Baix Segura: 58% catalanohablantes

Los Serranos: 10% de catalanohablantes

Alto Palancia: 10% catalanohablantes

Els Ports: 77% catalanohablantes

Baix Maestrat: 75% catalanohablantes

Plana baixa: 75% catalanohablantes

Camp de Morvedre: 60% catalanohablantes

Ciutat de València: 80% catalanohablantes.



En definitiva, los conquistadores del Norte, mayoritariamente catalanes trajeron su modelo de sociedad, sus apellidos, su cultura y su lengua, elementos a los que habría que añadir la influencia de aragoneses, navarros, castellanos y occitanos, más fuertes incluso que el elemento catalán en diversas zonas de su influencia. No obstante, la lengua oficial del Reino de Valencia y la más comúnmente hablada será la que usaron los conquistadores llegados de Cataluña, por lo que científicamente es conocida como catalana. Su evolución posterior y las influencias que recibirá a través de los siglos hacen que se la conozca como variante valenciana, usada por la mayor parte de los valencianos.



Quizás lo más importante de las conclusiones de Guinot, independientemente de si la denominación debería ser ésta o aquélla, es la demostración de la europeidad de nuestra tierra y nuestro pueblo. Los valencianos somos europeos a través de nuestros orígenes catalanes, y también por la sangre aragonesa, castellana y occitana que llevamos. A través de la historia nuestra catalanidad sin embargo se ha ido diluyendo con la llegada de grandes oleadas migratorias de elementos de sangre hermana llegados principalmente de Castilla y Aragón, que han hecho que la lengua valenciana hablada por un 80% de los habitantes de la capital del Reino en 1425 haya retrocedido a porcentajes que no pasan de un modesto 30%. En algunos barrios de esta ciudad el elemento castellano es mayoritario, y también durante los últimos años comienza a ser mayoritario en zonas de la capital el elemento africano. Y esto también es historia. La historia es siempre lo que nosotros queramos que sea. Es por ello, importantísimo que tengamos al menos claros cuales son nuestros orígenes como pueblo, para saber en que dirección queremos ir, y sobretodo para continuar siendo.



Creemos pues, que una obra de estas características no debería servir únicamente para reavivar una polémica que jamás debería haber existido, sino más bien para unir posiciones. Aceptar, pues las pruebas que están en nosotros mismos, nuestro origen europeo.



Éstas son las claves que como pueblo nunca debemos perder de vista, manteniendo nuestra Identidad y nuestra europeidad ante amenazas de desaparición de las mismas. En la época de la globalización y del caos, la defensa de la identidad de los pueblos es fundamental para la consecución de una sociedad sana y natural en un futuro próximo, y conocer el origen y la historia de los mismos, es fundamental para entender y defender esa identidad. En esta obra de Enric Guinot el lector tiene un buen apoyo para conocer y entender los orígenes del pueblo valenciano. Y quien tenga dudas o le molesten las denominaciones, sencillamente, donde pone “catalán” o “aragonés”, que ponga “europeo”.


http://identidadytradicion.blogia.com/2011/090201-els-fundadors-del-regne-de-valencia-.php


A ver cual es la primera mente retorcida que se pone a ladrar. :lol: :lol: :lol: :lol: :lol: :lol:
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor Marrako » 04 Sep 2011, 19:49

Mi post lo firma Enric Monsonís miembro de Unión Valenciana y eurodiputado en 2003 y 2004. ¿Y el tuyo?, Bernard Weiss????????? o Victor Saiz????? :lol: :lol: :lol: :lol: :lol: :lol:
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor regne » 04 Sep 2011, 19:50

El diari 'El País' de 31 d’octubre de 1999, nos informava, que en el sopar dels XXVIII Premis Octubre, s’havia presentat el llibre “Els fundadors del Regne de València” d’Enric Guinot. Tots els presents estaven molt contents i coincidien en que “la obra marca un hito”, perque Guinot “demuestra que alrededor del 80% de los repobladores era de origen catalán”, afirmant, que per a aplegar a dita conclusio, “ha utilizado los argumentos de la razón”.

Anem a vore clar i ras com els arguments de Guinot, no tenen res a vore en la rao i anem a demostrar, esta volta sí, cientificament, la gran mentira de la conclusio. Vorem com, repetint les paraules de Guinot (p.16), “…en realitat es tracta d’un evident problema de mètode d’investigació i de context historiogràfíc; i, en darrera instancia, però, de manipulació política.”. I es que “Diu el mort al degollat ¿qui t´ha fet eixe forat”?

Ya s’escomença en un titul enganyos. Dir-li al llibre “Els fundadors del Regne de València”, presupon l’inexistencia previa del Regne de Valencia, per no haver segut “fundat”. Puix be, en la p.328 de “Viage literario á las Iglesias de España” llegim: “Convenientia pacis et treugae inter Alfonsum II. Aragoniae Regem, et Lupus, Regem Valentiae e Murciae. Anno MCLXVIII”. I es que segons Guinot, Alfons II, devia estar tan pardal, que va subscriure “pau i treua” en un rei d’un Regne inexistent. Al respecte, hem de saber que hi ha referencies al Regne de Valencia, anteriors a esta de 1168, encara que considere important la reproduida, per quan indica, que el Regne de Valencia i Murcia fitaven quan era regent el rei Llop. I es sabut, que per a solventar conflictes d’amollonaments de termens municipals en el s. XIII, es fea acodir sistematicament a musulmans. No seria d’extranyar que els llimits del Regne musulmà de Valencia, no foren molt distints dels actuals. Si Guinot haguera parlat del nou Regne cristià de Valencia, aixo, hagueren segut unes atres calces.

Guinot, presenta el seu treball i les seues conclusions com a “cientifiques”. Ampar Cabanes, en la “Revista de Filologia Valenciana” nº 8 de 2001, estudia el llibre, demostrant “l’escas rigor cientific de l’obra analisada que deixa sense valor els seus resultats”, mantenint que en este llibre “la ‘utilitat’ de l’antroponimia ha segut transformada en una ‘utilisacio’ de la mateixa”. Pero com els catalanistes dogmatics no lligen a Ampar Cabanes, anem a vore com inclus els seus correligionaris (de la religio d’adoradors de les “mungetes amb butifarra”), el posen en dubte. Antoni M. Badia i Margarit, en la p.45 del llibre “Moments clau de la història de la llengua catalana”, quan parla de “l’aportació recent d´Enric Guinot, (1999)”, diu d’ella: “tampoc no indiscutible”, es dir, que no se la creu. I encara tenim un atre eixemple de com els propis catalanistes el desdiuen. Afirma Guinot respecte del “Llibre del Repartiment” en “Els fundadors del Regne de València”, que “constitueix un altre mite que ha gaudit d’una gran difusió” (p.82), afegint en la p.87 que “Aquests tres volums són sobretot, el llibre del repartiment del botí i de les recompenses per a aquells qui participaren en la host reial durant la guerra”. Per a contestar desficaci tan gran, en el llibre editat en motiu del “Congrés Internacional de Toponímia i Onomàstica Catalanes” Valencia 2001, Esperança Piquer Ferrer, pareix que es burla quan interroga a Guinot: ¿Com es justificaria aleshores, la presència en el Llibre del Repartiment de dones soles?, afegint, que “Del total de 364 dones, n’apareixen 176, la designació de les quals no té cap vinculació amb els homes”. I les preguntes son inmediates ¿Hi havien dones guerreres en la host de Jaume I? I com no hi ha dubte de que no, la següent pregunta es: ¿S’ ha llegit i ha estudiat Guinot el “Llibre del Repartiment”?, perque, si ho ha fet, ¿com es pot dir eixe destrellat? ¿Sera que com a Guinot no li agrada lo que es despren del “Llibre del Repartiment”, lo que vol es desacreditar-lo? ¿Hem de creure-nos que s’ha estudiat tots els atres documents que diu haver estudiat?

A partir d’ara, anem a alternar entre la demostracio del pobre “mètode d’investigació” de Guinot, que es unicament un metodo de manipulacio, i la veritat cientifica.

I passem a la veritat cientifica. Com a introduccio, hem de saber que la genetica de poblacions, es una rama de la genetica, que estudia la variabilitat de l’especie humana. Les diferencies entre poblacions d´un mateix continent, inclus d’un mateix pais, poden donar noticies de la historia demografica de cada poble. Dos son els mecanismes pels quals el temps influïx en la diversitat de poblacions. Un es la “deriva genetica”, fonamentalment consequencia de canvis aleatoris. L’atre es el “fluix genetic”, que es produïx per la mescolança de poblacions, previament diferenciades per “deriva genetica”, resultat de moviments migratoris. El grau de diferenciacio entre poblacions, referit a multiples regions del genoma, es medix cientificament, per un parametro que es diu “distancia genetica”.

Puix be, en decembre de 2001, Carlos A Flores Infante, presentà en L’Universitat de La Laguna (Tenerife), la seu tesis doctoral titulada “Composición genética y posible origen paterno de las poblaciones humanas canarias, deducidos de su polimorfismo en el cromosoma Y”. En l’estudi hi ha una taula de “Frecuencia (%) de haplotipos del cromosoma Y en la Península Ibérica y Normandía” (Taula 6 p.87), aixina com el resultat de les “distancies genetiques” entre les poblacions estudiades. Hem de saber, que el “cromosoma Y” revela l’influencia genetica heretada per via paterna.

I la conclusio es espectacular. Resulta que la major distancia genetica entre els valencians i tots els demes pobles estudiats es dona quan nos comparem ¡en els catalans! Efectivament, la distancia genetica entre valencians i catalans es de 0,0781, prou major que la que existix entre els valencians i uns atres pobles en notables divergencies, com son, gallecs (0,0492) i bascs (0,0485).

Parafrasejant a Carlos Infante, es despren la conclusio cientifica de que catalans, gallecs i bascs, com a grups mes distants, deuen haber contribuït molt poc a la distribucio dels llinages paterns valencians.
I aixo, no pot mes que dur-nos a pensar, que ¡llastima d’arbres tallats per a fer el paper dels dos volums del llibre de Guinot “Els fundadors del Regne de València”, segons els quals es “deduïx” que el 80% dels repobladors eren d’orige català! ¿Serien tots esterils? ¿Serien impotents? ¿Com es que han deixat tan poc de rastre en la genetica dels valencians? La contradiccio entre la “deduccio” de Guinot i la ciencia de deveres, no pot mes que induir-nos a creure que els seus “arguments de la rao” no son mes que una rastrera de maganches (ho vorem). I trau a la llum la diferencia entre els desijos del catalanisme i la realitat. ¿Quants diners mes, estan els acatalanats disposts a tirar per terra, per a intentar escampar nomes que manipulacions i mentires?

Per a continuar, en l’articul anterior, es normal, que en acabant de coneixer els pobles dels quals nos separa una major distancia genetica, nos preguntem pels grups d’estudi dels quals nos separa una distancia genetica menor. I son per este orde: Cantabria (0’0159), Cadis (0’0198), Cordova (0’0198), Sevilla (0’0191) i Huelva (0’0163). Segur, segur, que mes d’un, al vore tants pobles d’Andalusia, pensarà que el paregut, poguera ser per la forta influencia de l’invasio d’araps i nortafricans. I tambe la genetica s’encarrega de trencar la falsa idea d’una substitucio racial de la poblacio autoctona.

L’any 2001 es publicà un estudi de determinats departaments de la Stanford University i de l’Universitat Pompeu Fabra, entre atres, sobre la relacio genetica existent entre la poblacio de la peninsula i la del noroest africà, en relacio al cromosoma-Y. La conclusio fon que: “The Islamic rule of Spain, which began in A.D. 711 and lasted almost 8 centuries, left only a minor contribution to the current Iberian Y-chromosome pool”, es dir, que l’aportacio de casi 8 sigles de dominacio islamica al mapa genetic de cromosomes-Y iberics, es ridicul. (7% segons l’estudi). En articul publicat en “American journal of human Biology 18:187-195 (2006)”, titulat “Genetic position of Valencia (Spain) in the Mediterranean Basin According to Alu Insertions” llegim que “MDS and AMOVA results generated from Alu data reveal that the Mediterranean has acted as a strong genetic boundary between the north (Europe) and the south (Northen Africa), resulting in significant gene diversity between the population of the two regions.”, es dir, que el Mediterraneu, ha actuat com a forta barrera genetica entre el nort (Europa) i el sur (nort d’Africa), resultant una significativa diversitat genetica entre la poblacio de les dos regions. Per a que esta barrera es faça visible, podem comparar valors de “distancies genetiques” entre els valencians i alguns pobles del sur del estret de Gibraltar. Consten en la tesis doctoral de Flores Infante: Etiopia: 0’1953, Mali: 0’2273, Mauritania: 0’2491, Araps del Marroc: 0’2677, Sahara: 0’3439, Berebers del Marroc: 0’3644. Vegem que les diferencies, entre estos valors i els que mostaven les distancies genetiques entre valencians i uns atres pobles d’España, son representatives.

Referent al tema, Carmen Barcelo, intentant desacreditar al nostre arabiste Ribera, que digué que l´element arap “entró en dosis casi infinitesimal en la química social de los musulmanes españoles”, escrigué en el seu articul “Mozárabes de Valencia y lengua mozárabe”, entrecomillant “La raza hispanica”, com fent chança, que “No merece la pena hoy argumentar contra esta tesis”. Aixina es que vegem que la genetica, que sí que es ciencia i no lo que fa Carmen Barcelo, chafiga la prepotencia dels catalanistes. ¡I ella que s’hauria cregut descendent d’alguna reina mora, i va, i ve la genetica a baixar-la del burro!

I podem preguntar-nos: ¿I que ha fet tan malament Guinot en el seu llibre “Els fundadors del Regne de València” per a aplegar a resultats tan discordants en la realitat?

Per a començar, s’ha de deixar constancia de que una abrumadora majoria de la documentacio del s. XIII, es troba redactada en llati. R.I. Burns, en “Diplomatarium I”, diu que “Transposar un cognom del llatí al català pot ser perillós”, perque “un nom llatí podria suportar tot de transcripcions romàniques diferents”. Proseguix diguent-nos que “Un editor català podria catalanitzar tots els noms neutrals que no fossin obviament aragonesos per la forma, la toponimia o la visibilitat històrica”, afegint que aixo no li pareixeria correcte perque seria una “mena de cooptació imperial”, que per al cas es equivalent a “una mona captant per a l’imperi” (català). L’esquizofrenia catalanista, li fa dir en “Moros Jueus i cristians” que “Tendesc a catalanitzar els noms de persona, perquè el Regne de València sembla que fou, de bon principi, un món més aviat català”. ¡Si senyor, aixo es coherencia i ciencia, i lo demes favades! No obstant, diu que “Trobar i fer encaixar el nom en romanç apropiat a cada candidat… pot ser tan frustrant com posar mitjons a un pop”.

I vegem que Guinot, tirant-li mes cara que una “parà” de ninots, no nomes els posa calcetins al polps, sino que els posa caroteta, camisola, gamboixet, i per a arrematar-ho una “barretina” a cada u. I com a mostra de lo que podem esperar d’esta gent, mirem com maltracten i manipulen els noms de les persones: En la “Cronica” del rei en Jaume llegim que “…e era ab nos lo maestre del espital e Don Blasco dAlago...”. Guinot escriu en la p.136 del llibre que comentem: “Aquesta ciutat va ser ocupada pel noble aragonès Blai d’Alagó…” Es dir, “Blasco”, es convertix en “Blai”. Per a acabar-ho d’arredonir, si llegim a Burns, Blasco es ¡“Balasc”! ¿Sera que per la meua condicio de valencià, soc “acientific” per naturalea i en acabant de vore aço ya no me crec res? Pero… continuarem traguent suc als “argumentos de la razón” de Guinot.

Hem de saber, que quan un no cristià es convertia, prenia noms cristians. I com aixo destorbaria la faena “contadora” de catalans de Guinot, en la p.51 del seu llibre diu: “Ara bé, els resultats de les conversions foren molt reduïts” Burns diu en la pag. 37 de “Moros cristians y jueus”: “Hi havia un cert grau de conversions, en aquell moment tant de l’islam com vers l’islam; els dominicans adjetivaren llurs conversions valencianes dient que eren ‘prou considerables’”.

¿Com nos aclarirem en estos “cientifics” que no fan mes que contradir-se? Per la “Ordinatio ecclesiae valentinae”, sabem que abans i despres de l’entrada oficial del rei Jaume es produïren no nomes batejos, sino tambe, confirmacions, bodes, soterrars i inclus ordenacions. Vejam-ho: “…quod predictus episcopus de Alberrezino…dabat indulgentiam, contirmaverat, baptizaverat et ordinaverat in ecclesia Sancti Vincentii”. “Quod idem episcopus ordinaverat clericos, baptizaverat, confirmaverat et fecerat nuptias.” “Quod baptizaverat, confirmaverat, et ordines celebraverat, et mortuos sepelierat”“Quod baptizaverat duas sarracenas” ¿Quans no cristians canviarien de nom i pendrien noms en romanç? Vejam un eixemple encara que posterior: “Nós havem entés que vós, ab induccions de Manuel Salvador, convers que solia haver nom Mahir Suxén, de Xàtiva...” I un atre “Per part d’En Manuel Torres, convers, olim juheu appellat Aburrabe, ciutadà de Xàtiva…” ¿Quans Torres i Salvadors, estaran en les llistes de catalans de Guinot?

I per a acabar per a hui, hem vist que en la “Ordinatio ecclesiae valentinae”, a mes de batejos, consten ordenacions, confirmacions ¡I bodes! (fecerat nupcias) ¿A qui casava el bisbe d’Albarrasi quan encara, ni el rei en Jaume, havia entrat solemnement en Valencia? ¿Es casaria alguna amazona del seu eixercit? ¿Seria una boda homosexual entre guerrers? ¿O seria alguna boda de cristians valencians, que es lo unic que te trellat? Vegem que tot i per tot, nos parla de la continuitat de la poblacio valenciana i de la mentira de la teoria rupturista que mante una substitucio de la poblacio autoctona per una massa de repobladors.


Continuant possant de manifest tant l’incorrecte metodo de treball de Guinot, com el desgavell dels resultats del seu llibre que dona titul a l’articul, començarem parlant hui dels llinages toponimics, es dir aquells que fan referencia a un nom propi de lloc. Per eixemple, nos trobem en “Berengario de Montecathano”, “Petri de Cabeçon”, “Bernardo de Roma”, o “Gomicio de Soria”. Sense dubte, poden representar procedencia, pero no sempre. En “R de Luch, Cesarauguste” o “Berengarius de Montpao, dertusensis”, vegem que el toponim no referix a l’orige. Tambe es frequent, que un toponim en llati, puga referir-se a distintes poblacions. Per eixemple, tenim, que “Aguilo”, pot referir-se tant al de la Conca de Barberà com al d’un llogaret de Daroca, o Cerda/Cerdani, pot referir-se a Cerdenya o a Cerdán en Saragossa. No cal dir, que la “solucio” de Guinot, va unidireccionalment a incrementar el numero de presunts catalans, tal i com demostra Ampar Cabanes en la “Revista de filologia valenciana” que ya hem citat.

Al respecte, resulta misteriosa la rao per la qual els acatalanats mai parlen dels noms en toponims valencians. Vegem-ne una mostra: En el “Diplomatarium II” de Burns trobem en 1258 a “Ade de Paterna” (p.118), a “Petro Vitalis de Algezira” (p.141) i a “Philip(p)o de Denia” (p 216). De 1260 es la cita de “Martino Egidii de Segurbio” (p.356), i de 1261 la de “Mahometo Almorelli” (pag 365-366), que apareix en el llibre del Repartiment com Maomat Morelli (de Morella). En 1262 trobem a “Garsias Petri de Castaylla” (p.447), i el 1263 a “Petrus Çapata de Aliazira” (pp.482-483) i a “Berengario Vives de Morella” (p 541). En “Alicante y su territorio en la época de Jaime I de Aragón”, de José Martínez Ortiz trobem en 1242 a, “Martín o Martino de Pichacen”. (p.39) En 1248 es cita a “Mateo de Gavarda” (p.81) i en 1249 parla de “Juan Pérez de Cuyllera” (p.63). De 1258 tenim a “Felipe de Denia” (pp.108-109) i en 1259 tobem a “Juan de Muro”. En 1269 apareixen “Martín Lope de Castalla” i “García Lope o Llop, de Cocentaina” (p.184) i de 1271, “Bonetí de Rafal” (p 203). De 1273 tenim a “Pedro Golmer de Cocentaina” (p 225) i de 1274, a “Pedro Romeu de Cullera” (p 231) i a “Vives, de Valencia”. En el llibre de Ponsoda “El català i l´aragones…”, trobem en la Cocentaina del XIII a “Johan d´Alcoy” (1269), “P Alcoy” (1275), “Guillem de Castayla” (1275), “Marti de Seta” (1275), “Michel de Valencia” (1277), “Paschual de Xivert” (1277), “R de Turbayllos” (1295)…

¿Per que estes persones, identificades en toponims valencians no poden ser els descendents dels valencians de l´epoca visigotica, que cristians (els “valentini” de la “ordinatio ecclesiae valentinae”), o conversos, seguiren vixquent, de forma majoritaria, en esta terra? La major part d’ells, mantindrien les seuen propietats, llevat d’alguns, que per una necesaria reorganisacio, rebrien noves donacions.

Un atre desficaci de Guinot en el seu llibre, es considerar, que els llinages basats en oficis, malnoms i termens referits a mig ambient son catalans de forma homogenea. A banda de la “repasada” que li dona Ampar Cabanes al respecte, en el treball ya citat, hem de coneixer que un lliterat soterrat en Valencia en l’any 1204 era conegut, segons Ibn Al-Abbar pel malnom de “el sabatayr”, es dir “el sabater”. (Ibn Al-Abbar, Takmila, nº 1426, pp 502-503; Ribera Disertaciones y opúsculos II, p.261). Sense dubte que els seus descendents que podrien haver heretat el malnom, hauràn segut contats per Guinot com a catalans.

Es tambe significatiu que a Guinot, en la busqueda desesperada de catalans, li molesta la presencia occitana, afirmant que “La presencia d’occitans segurs es insignificant” (p.240), afegint que “No hi ha, doncs, una “València occitana” ni d’altres orígens “foscos” o “amagats”. (p.241) ¿I perque li molesta? Trobem la resposta en ‘apartat “La llengua catalana fins a Jaume I”, de Joan Solà, de l’Universitat de Barcelona, que es troba en el llibre “Las lenguas prevalencianas”, quan, parlant de l’occità en relacio al català diu: “és cert que aquestes dues llengües s’assemblen, sobretot en l’època més antiga (i no era, no ha estat, fàcil d’arribar a destriar l’una de l’altra)” Pero Burns, en la p.229 de “El Regne Croat de València”, parlant de Jaume I, naixcut en Montpelier, diu: “Els seus subdits de Montpeller l’havien acompanyat a la croada valenciana i s’havien quedat per instal·lar-se a València en nombre tres vegades superior als de Lleida, i quasi tan gran com els de Barcelona. Els van reservar una secció especial dins la ciutat conquistada”. De nou les contradiccions entre “cientifics”. I la rao de Guinot, per a intentar llevar-se de damunt als occitans, es que tambe els llinages eren pareguts. En la p.330 de la “Historia de la literatura española” de MG Ticknor, traduida per Pascual de Gayangos i Enrique de Vedia, trobem trovadors “que pasaron a España en tiempo de D. Pedro II”, en noms com “Pons Barba”, o “Raimundo de Miraval”. En “Annales du Midi” (p.538), trobem a “Pétri Doménech” i també a “Bertrand Carbonel” o “Bertrans Carbonell”. ¿Quants occitans d’orige, vinguts directament, o indirectament d’unes atres regions d’Espanya, ya “repoblades” i en noms segurament adaptats, hauran passat a engrossar les llistes dels catalans de Guinot? Segur que moltissims.

Ara tornem a la verdadera ciencia. Sabem, que la presunta “ciencia” catalanera havia volgut fer-nos creure als valencians que nomes erem catalans rebordonits de moros, i en els dos articuls precedents, hem vist que una ciencia real, la genetica, nos diu que ni catalans ni moros. Per aixo, hi haura gent, que havent-se cregut la mentira “oficial”, desconcertada, es preguntarà. ¿I d’a on venim els valencians? Deixem que nos contesten els cientifics que han estudiat la “Genetic position of Valencia (Spain) in the Mediterranean Basin According to Alu Insertions”. Traduixc de l’angles: “Historicament, el mar Mediterraneu, ha tingut el paper clau de ruta comercial per a la civilisasio occidental, i ha segut l´escenari de numeroses conquistes, colonisasions i expansions demografiques. La posicio estrategica de Valencia podria haver ajudat a fer d’esta regio un important lloc d’atraccio per als primers portadors de la cultura Neolítica que travessà el Mediterraneu i aplegà a la Peninsula iberica, pel mar, cap al 5.600 A.C. (Zilhao 2001). Posteriorment, la regio, fon habitada per diversos pobles, alguns d’ells d’atres parts del Mediterraneu. Per tant, es pot esperar una alta diversidat genetica entre els actuals habitants de la regio de Valencia”. De l’estudi de 15 pobles del Mediterraneu (entre els que es troben els catalans), apleguen a la conclusio de que “Valencia s´alça en el centre de tot el grup de pobles del Mediterraneu, com es veu en els resultats del MDS” (Nonmetric multidimensional scaling), afirmant que “Els resultats sugerixen que el mapa genetic valencià, es hibrit per naturalea, degut segurament a la relativament alta proporcio de mescles en uns atres pobles que han ocupat l’area Mediterranea durant diferents periodos historics”.

I hem de saber que la mescla humana reforça la herencia genetica. Els pobles endogens tendixen a l’atrofia. Pero la nostra condicio de poble obert, no ha d’impedir que guipem des de llunt als enemics. No volem ser descendents ni de traidors a esta terra, ni d’aquells que en la seu pasivitat donen ales ad aquells que volen negar-nos la propia existencia com a poble.

L’ardua faena de Guinot espigolant catalans i traguent-los de baix de les pedres, el fa anar a documents del sigle XIV, per a seguir manipulant, i per supost, tot lo que olga a valencià, per ad ell es català. La seua finalitat es que s’ha de trobar justificacio, com siga, al dogma de partida.

I anem a vore mes proves que invaliden el dogma. De la ponencia “Circuitos marítimos de intercambio y comandas mercantiles en Valencia durante la primera mitad del siglo XIV”, del XVIII Congrés d’història de la Corona d’Aragó, a carrec de Antonio José Mira Jódar de l’Universitat de Valencia extraguem que de l’estudi de la “rica documentación de carácter notarial conservada”, de la primera mitat del XIV, es coneixen referencies de 167 comandes mercantils corresponents a 80 operacions. I el resultat de l’arc de relacions comercials es: “En primer lugar los puertos del norte de África (24 operaciones, el 30%): Alcudia, Trípoli, Mostaganem, Túnez, Argel, Bugía, Honein, Alcoll, Bona, Tenes. En segundo lugar la clásica y bien conocida “ruta de las islas”, que enlazaba Mallorca, Cerdeña Sicilia (22 operaciones, el 27%). En tercer término las costas del Languedoc y de la Provenza (17 operaciones, el 21%): Montpellier. Colliure, Aigües Mortes, Marsella. Y por último la zona castellana. especialmente Sevilla (11 operaciones, el 14%). 20 Llama la atención la práctica ausencia de vínculos mercantiles con Cataluña (apenas 2 operaciones, con las ciudades de Barcelona y Girona)” Es dir, quan les relacions comercials havien d’haver segut fluidissimes i “naturals” pels vinculs familiars i d’orige (segons Guinot el 80% de “fundadors” eren catalans), va i resulta que les relacions comercials en els catalans es poden calificar ¡d’inexistents! I es que les mentires cauen per elles a soles, i quan mes grans son ¡mes forta es la baquinada!

Hem de coneixer, que la repoblacio de Valencia ha segut, en general, interessadament magnificada. En el pacte de rendicio de “Çayen Regi, neto Regis Lupi” a Jaume I, consta que “volumus et concedimos quod omnes illi Mauri qui romanere voluerint in termino Valentiae, remaneant in nostra fide salvi et securi et quod componant cum dominis qui hereditates tenuerint”, es dir, que garantia, que els moros que vullgueren, podien quedar-se en les seues propietats.
(pp.85-86 de “Colección de documentos inéditos para la historia de España”) En l’any 1270, el rei Jaume es queixava de que el numero de pobladors cristians no aplegava a 30.000, pensant que havien d’haver segut 100.000: “e no trobarem que en tot lo regne de Valencia age poblat de Christians oltra XXX milia homens e per ço quan nos havem vist quel regne no ha son compliment d’omens ni de gent, volemlo y fer; car segons semblança nostra ben deuria aver cen millia Christians en el regne de Valencia” (Colección diplomática de Jaime I, el Conquistador, ed. A. Huici, 3 vols, doc. 1.341). Com un numero tan baixet no quadra en les tesis catalanistes, Burns en “El regne croat de València”, diu que el rei en Jaume es referix a caps de familia, rao per lo qual els multiplica per 4, aplegant a 120.000. Segons aixo no s’entendria la queixa de Jaume I, perque 120.000 son mes que 100.000. I si pensem que els 100.000 tambe hem de multiplicarlos per 4, resultaria que Jaume I volia despoblar Arago i Catalunya, respecte de la demografía de les quals diu Guinot: “la població d’ambdós països no arribava al mig milió d’habitants” I tornem a lo de sempre: ¿Cuantes idiotades se poden dir per a justificar lo injustificable? En la p.612 del llibre d’Escolano “Decadas de la Historia de Valencia”, pres de la cronica de Viciana, llegim document del rei Jaume de l’any 1275, traduït del llati, que diu: “…de los cavalleros que dejamos muy pocos hallamos, porque no habían quedado en Valencia sino algunos de los que no tenían heredamientos en Aragón o en Cataluña… E que ninguna cosa de estas cumplieron sino que vendieron los heredamientos que les dimos y con los precios de ellos se fueron. Y otros que dejaron arruinar sus heredamientos por estar ausentes.” Es coneguda l’alta freqüencia de documents de persones en noms cristians que venen propietats a persones en noms musulmans.

Referent a demografia, es interessant coneixer que sobre un 30% del actual territori català, estava en poder dels moros un sigle abans de la conquista de Valencia. Y en l’anterior, practicament un 50%. En el s. VIII, nomes un 15%, o no fon conquistat pels moros, o fon recuperat molt pronte pels francs. Seguint les teories “repobladores” dels catalanistes, ¿A on esta la poblacio autoctona? L’Enciclopedia Catalana, diu d’El Ripollès, comarca catalana fronterera en França que en 880, “va tenir com a tasca principal repoblar i reorganitzar aquestes terres”. ¿Hem de creurenos que eixe 15% va repoblar tota la Catalunya actual, tot el Regne de Valencia i segon alguns (Muntaner) inclus Murcia? ¿Seguirien algun sistema de cria de catalans com el de les gallines en gabies? I es que les teories rupturistes i de desplaçaments globals de poblacions no tenen ni el minim soport i ultimament han segut desacreditades per la genetica.

Una ultima pinzellada d’un tema relacionat en la genetica, es el de l’index cefalic. Es calcula per la relacio entre l’amplaria i la llargaria maxima del cap. Del “Mapa del índice cefalométrico en España por F. Oloriz” (Madrid 1894), s´extrau que les tres provincies valencianes, son les uniques d’Espanya que es troben dins del marge entre 76 i 76,99. Les tres provincies aragoneses es troben entre 77 i 77,99. De les quatre provincies catalanes, Barcelona, Girona i Lleida superen els 78 i Tarragona es troba entre 77 i 77,99. Les atres provincies que fiten en el Regne de Valencia Conca, Albacete i Murcia, superen els 78. Al respecte, hem de saber que en l’any 2002, l’articul “A reassessment of human cranial plasticity: Boas revisited” de Corey S. Sparks i Richard L. Jantz trobà que “Results indicate the relatively high genetic component of the head and face diameters” es dir, que els resultants indiquen que la forma del cap te un component genetic relativament alt.

Com hem vist, els “coneiximents” de Guinot, del sigle passat, s’han convertit en aigua passada (i bruta per l’intent de manipulacio que amaguen). La genetica del s. XXI, li ha pegat un bon carchot ¿Informarà als seus alumnes dels nous “coneiximents”. Ho dubte.

I a modo de conclusio, i per a tancar esta serie d’articuls, contestem a la pregunta ¿D’a on descendim els valencians? I segons lo expost, els valencians descendiriem del homens del paleolitic que dibuixaven en la Cova de la Sarga, dels homens del postpaleolitic que pintaren en el Barranc de les Dogues, dels homens del neolitic que imprimiren ceramica en la Cova de l’Or, dels homens del eneolitic que feen figures antropomorfiques en la Cova de la Pastora, dels homens que crearen la cultura del Argar i la cultura del Bronze valencià, dels homens de l’edat del Ferro que feen les puntes de flecha de la Penya Negra, de l’influencia fenicia, dels ibers (contestans, edetans i ilercavons) que feren el guerrer de Moixent i la dama d’Elig, dels romans que fundaren Valentia, dels visigots que nos deixaren el conjunt monumental de Ribarroja del Turia, dels pocs araps, berebers i en general nortafricans que vingueren a la peninsula el 711, de la minoria de “conquistadors” que vingueren en Jaume I i es quedaren aci, (navarros, aragonesos, lleitadans, catalans, occitans…) i de tots els que historicament han vingut a treballar en esta terra, i que han segut ben acollits nomes en la condicio de respectar als valencians.
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor Marrako » 04 Sep 2011, 19:59

Mi post lo firma Enric Monsonís miembro de Unión Valenciana y eurodiputado en 2003 y 2004. ¿Y el tuyo?, Bernard Weiss????????? o Victor Saiz????? :lol: :lol: :lol: :lol: :lol: :lol:

¡¡Ah nooo, lo firma Agustí Galbis!!! Alguien conoce a este tio?????
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor regne » 04 Sep 2011, 20:07

Preguntale a Amaparo Cabanes por tu amigo guiñot...creo que lo dejo bastante malparado y en ridiculo. Imagen Imagen Imagen
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor Marrako » 04 Sep 2011, 20:12

regne escribió:Preguntale a Amaparo Cabanes por tu amigo guiñot...creo que lo dejo bastante malparado y en ridiculo. Imagen Imagen Imagen



Fes-me cinc céntims home. :lol: :lol: :lol: :lol: :lol:
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor -antara- » 11 Sep 2011, 13:43

Se les ve salir la mierda por los pantalones a estos conquistadores secesionistas catalanes. Se piensan que el mundo no ha cambiado, que eso de conquistar otros territorios se lleva como en el siglo X.
Se quedaran con su mentira (bien planeada, por otra parte) con Lérida y Tarragona que junto a bcl y Gerona, configura Cataluña del 2011.
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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor cu_cut » 11 Sep 2011, 14:01

-antara- escribió:Lérida y Tarragona que junto a bcl y Gerona, configura Cataluña del 2011.


¿Esto lo has pensado solito o te lo han chivado?

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Re: LOS FUNDADORES DEL REINO DE VALENCIA.

Notapor -antara- » 11 Sep 2011, 15:20

¿Eres uno de ellos? ¿De los que viven del dinero público, elegido a dedo y sin conciencia? Yo diría que sí. Pues se acaba el chollo, no te rasgues las vestiduras, ciudadano traidor y fuera de la ley.
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