Astur escribió:A mí me entristece que Estambul (antigua Constantinopla y, por ende, la "Roma oriental") esté en manos de una cultura asiática como la turca, y bajo la religión islámica. Aquel lugar es histórico para los griegos. Igual que buena parte de las costas de Anatolia (Asia Menor). Lo mismo podría decir de los armenios, cuyo pueblo fue el primero en adoptar el cristianismo como religión oficial. Un pueblo al que admiro profundamente, por lo que se ha resistido a desaparecer, a pesar de todo lo que tenía en contra. Y sigun teniendo en contra, ya que se encuentra entre dos países tremendamente hostiles, como Turquía y Azerbaiyán. Toda mi solidaridad con dicho pueblo. Es una pena que gran parte de su territorio haya sido devorado por sus vecinos. Especialmente, Turquía. Por eso, no tengo muy buena consideración de Atatürk, a pesar de que apruebo las reformas que hizo en la joven nación turca, tras la caída del Imperio otomano. A la cual, trató de europeizar, lo máximo posible. Ahora bien, hay que reconocer que lo hizo de manera coercitiva. Realmente, fue un dictador.
El Imperio Bizantino perdió la antigua Constantinopla a manos de los turcos en el año 1.453, es decir, antes del descubrimiento de América, y desde aquella fecha hasta la guerra Greco-Turca de 1919-1922 había pasado pues casi medio milenio. No veo realista la idea de que los griegos, aun ganando la guerra contra los turcos, hubieran podido rehelenizar el Asia Menor y asentarse definitivamente en esas tierras, convirtiendo a Estambul en una nueva Bizancio. Sencillamente, eso habría sido imposible, puesto que en esa época la población turca era muchísimo más numerosa que la griega y ya llevaba varios siglos asentada en las tierras de Anatolia. Los turcos jamás habrían consentido ser sojuzgados por una minoría griega.
De todos modos, por las razones que dije antes y haciendo un ejercicio de ucronía, no creo que para Europa hubiera sido positiva una reconquista griega de Anatolia, que los millones de turcos allí presentes nunca habrían tolerado. Se habría producido una lucha sangrienta en la que finalmente los griegos habrían sido expulsados, sin la menor duda. Y no habría tenido lugar la desislamización forzada practicada por Atatürk, con lo que ahora Turquía sería un fanático país islamista al estilo de Irán o Arabia Saudí. Es decir, un monumental foco de peligro fundamentalista no ya a las puertas, sino en la misma Europa.
El genocidio armenio no fue obra de Atatürk aunque los Jóvenes Turcos fueran responsables en parte, ya que tuvo lugar en 1.915, en plena Gran Guerra, justo cuando el líder turco luchaba contra los Aliados en Galípoli, muy lejos de Armenia. Por lo que he leído en fuentes solventes, Atatürk nunca dio órdenes de perseguir a los armenios, sino de evitar que las diversas nacionalidades que habitaban el territorio pusieran en peligro con veleidades separatistas su proyecto de crear la República de Turquía una vez abolido el califato. Está claro que a los exaltados líderes de los Jóvenes Turcos se les fue la mano, y no solo con los armenios.
¿Crees que en la situación en la que se encontraba el Imperio Otomano tras su derrota en la IGM permitía un líder blandengue y buenista? Nadie daba un duro por dicho imperio en 1918, y Atatürk logró lo imposible: crear un estado a partir de los restos del extinto imperio. Un estado amenazado desde todos los flancos, tanto por las potencias vencedoras, como por los griegos, ansiosos de dar marcha atrás en la historia, como por los rusos. Kemal no tuvo más remedio que aplicar mano de hierro para prevalecer ante tantos enemigos y salvar lo poco salvable que quedó del Imperio Otomano, es decir, la actual Turquía.
Fue un dictador, sí, pero no por vocación, sino por imperiosa necesidad. Y en cuanto el nuevo estado logró la estabilidad a costa de esfuerzos sin límites, ya consideró realizada su tarea primordial y preparó su retiro dejando asentadas las bases para establecer una democracia, la única en todo Oriente Próximo, si bien su prematura muerte le impidió llevar a término sus últimas ideas.
Su sucesor, Ismet Inönü, pudo después recoger los frutos de la siembra de Atatürk.
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La guía más verdadera para todo en este mundo, para la civilización y para la vida es la ciencia.
La victoria es de quien pueda decir que la victoria es suya. El éxito es de quien diga “voy a tener éxito” al comenzar, y “he tenido éxito” al concluir.
Escribir la historia es tan importante como hacer historia.
¡Juventud!, Sois los que aumentan y hacen continuar mi valentía. Con la educación y cultura que estáis recibiendo seréis el símbolo más valioso del amor por la patria y la libertad de opinión.
¡Mujeres turcas heroicas! Merecéis alzarse en los cielos y en los hombros en vez del suelo.
Mi intrascendente cuerpo será tierra cuando llegue el tiempo, pero la República de Turquía quedará constante para siempre.
(Mustafá Kemal Atatürk)