Aunque muchos crean que son antagónicas, basta hacer un somero análisis para comprobar que la ideología de extrema derecha y la del islamismo radical tienen una serie de semejanzas perturbadoras o, si se prefiere otra definición, que están cortadas por el mismo patrón.
Por ejemplo:
1) Islamistas y ultraderechistas comparten un antisemitismo feroz: el odio a todo lo judío forma parte indisoluble de su visión del mundo. Mientras los primeros tienen como meta la destrucción del estado de Israel y atentan cada vez que pueden contra personas e intereses judíos, los segundos pretenden reescribir la trágica historia y niegan el Holocausto nazi (Holocuento según ellos), ven detrás de cada maldad en el mundo la mano de los judíos y cometen también numerosos actos de violencia contra el mundo hebreo, desde la profanación masiva de tumbas en cementerios judíos hasta el asesinato puro y duro.
2) Muchos supremacistas blancos, todos ellos de extrema derecha, y extremistas islamistas violentos tienden a vivir en un mundo cuya base es muy limitada y está dominada por un odio enfermizo que consume sus vidas y una intolerancia total a las opiniones de cualquier persona, excepto a las que surgen en su mundo.
3) Tanto los ultraderechistas como los islamistas están convencidos de poseer la verdad absoluta y ven como enemigos a cualquiera que no comparta sus delirios. Ellos se consideran más puros y aspiran a 'purificar' la sociedad, según ellos pervertida.
4) Los ultraderechistas arremeten constantemente contra el 'multiculturalismo', exactamente igual que los islamistas. Tanto unos como otros consideran que la sociedad debería ser homogénea, en el caso de los supremacistas blancos extirpando cualquier elemento extranjero ajeno a la 'superior' cultura occidental y en el de los islamistas, eliminando o marginando a los 'infieles', es decir, los que no compartan su ideario religioso extremista.
5) Tanto los islamistas como los ultraderechistas se dan la mano también en su odio contra el movimiento LGTBI en general y contra los homosexuales en particular. En cualquier país islámico ser gay o incluso parecerlo acarrea inevitablemente todo tipo de desprecios, humillaciones, agresiones y pena de cárcel en el mejor de los casos, como en Marruecos o Argelia, y en el peor cuesta la cabeza, literalmente, como en Arabia Saudí o Irán. Por fortuna, los ultraderechistas en los países occidentales no tienen poder para imponer esos castigos, pero sí que propinan palizas y humillan al colectivo gay cada vez que pueden, llegando en algunos casos al asesinato.
6) El machismo en su versión más primitiva es también otro punto en el coinciden islamistas y ultraderechistas: no hace falta comentar la discriminación y brutalidades que sufren las mujeres en los países islamicos, ya que son por todos conocidas. En los países occidentales, la ultraderecha se despacha contra el movimiento feminista con toda clase de insultos y humillaciones, minimiza o incluso niega que exista la violencia machista pese al incesante goteo de mujeres asesinadas y deja patente a cada paso su misoginia más o menos disfrazada.
7) Islamistas y ultraderechistas hacen amplio uso de las redes para diseminar su propaganda y captar nuevos adeptos. Para ello, tienen auténticos ejércitos de hackers dedicados a piratear páginas, difundir bulos, excitar las bajas pasiones y fanatizar al populacho más inculto e ingenuo.
8) Ambos grupos son profundamente racistas y xenófobos: para los islamistas, los occidentales son una raza pervertida por el consumismo y la ausencia de Dios, y para los ultraderechistas, los árabes en general así como los negros o los mulatos pertenecen a 'razas inferiores'.
9) Islamistas y ultraderechistas comparten igualmente el odio hacia las democracias occidentales en general. Tanto el típico neonazi como el yihadista fanático desearía ver saltar por los aires la UE y las sociedades occidentales, a las que atacan sin cesar con los medios a su alcance.
10) Son dos fenómenos que se retroalimentan: cuanto más crece uno, más lo hace el otro, aumentando la polarización de nuestras sociedades. Una polarización buscada y deseada fervientemente por ambos como caldo de cultivo para sus ideas enfermizas. Se trata de fenómenos simbióticos que responden a la misma lógica involucionista.
11) La extrema derecha violenta considera que el pueblo blanco constituye una entidad homogénea en vía de extinción, por lo que toca salvaguardarla. Y los yihadistas que un musulmán no puede vivir en una tierra donde no rige la ley islámica. Al final, la extrema derecha violenta y el yihadismo comparten una misma cosmovisión en la que oponen dos bloques monolíticos.
12) También comparten códigos de comunicación: apología de la violencia, convertir en héroes a los que se ‘sacrifican’ para cometer atentados… Incluso hemos visto materiales de la extrema derecha violenta que muestran a yihadistas, por ejemplo, para aprender a elaborar TATP, la sustancia que iban a utilizar los terroristas de Ripoll y Barcelona.
Y suma y sigue. Podría continuar sin problemas...
Islamistas radicales y extremistas neonazis: No son iguales, pero sus cloacas mentales albergan basura muy similar: