En la política, como en la vida, no siempre “querer es poder”. El problema es cuando se dice que no se puede, y en realidad es que ni siquiera se quiere.
Algunos líderes europeos piensan que en China le cambiaron el chip a Emmanuel Macron, que regresó de Pekín hablando de “autonomía estratégica” en Europa para reducir su dependencia de EE.UU. Al respecto, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo opinó que el bloque no debe seguir “ciega y sistemáticamente la posición de Washington en todos los problemas”, pero defendió el apego de líderes europeos a su alianza con EE.UU. Es más, algunos gobiernos de Europa Central, el polaco entre ellos, defienden que la Unión Europea se pliegue más a la política exterior estadounidense para hacer de contrapeso frente a Pekín. Es decir, pareciera que el debate de fondo en Bruselas en torno a política exterior, más que entre soberanía sí o soberanía no, es entre dependencia parcial o dependencia total.